miércoles, 21 de noviembre de 2012

El análisis técnico

Por: Jonathan Rosas Valderrama

La teoría económica disponible para el análisis del precio de las acciones nos enseña que el precio de una acción debe estar en torno a su valor fundamental; sin embargo, al poner el libro a un lado y revisar el desenvolvimiento de los mercados, vemos que existe una divergencia entre el valor supuesto y el precio real de una acción, y la razón de esta brecha es que el precio de mercado suele estar en función a diversos factores, muchos de los cuales son difíciles de medirlos o incluso, conocerlos perfectamente, como las expectativas, quedando de esta manera, fuera del ámbito del análisis fundamental.

Este hecho motivó a los analistas y estudiosos de los mercados financieros en la búsqueda de métodos de análisis alternativos y distintos al análisis fundamental, con la finalidad de intentar prever cual será la tendencia futura de dichos mercados. Uno de estos métodos es el análisis técnico que, a diferencia del análisis fundamental, estudia directamente los movimientos que se han producido en el mercado, dando prioridad a la observación de la evolución de las cotizaciones a lo largo de un periodo.

Este tipo de análisis tuvo sus orígenes a finales de 1880, siendo su antecesor más directo los estudios llevados a cabo por Charles H. Dow. En su versión más moderna no se limita al chartismo o análisis gráfico, sino que su base metodológica incluye el estudio del componente psicológico de las decisiones de inversión, concretamente aspecto de la psicología social como son el comportamiento colectivo y la formación de actitudes y los cambios en las misma, así como el análisis cuantitativos basados en osciladores e indicadores técnicos.

¿Es el análisis técnico una herramienta infalible? No, el análisis técnico no es infalible y difícilmente nos asegurará el poder aprovecharnos de la totalidad de los ciclos de alzas y bajas, pero en muchas ocasiones nos ayudará a  detectar cuándo tomar una determinada posición, corta o larga, en el instrumento financiero que haya iniciado una senda alcista o bajista y sea objeto de estudio. El análisis técnico bien complementado con el análisis fundamental nos ayudará a mejorar nuestros puntos de entrada al mercado, reduciendo el riesgo de pérdida y ampliando nuestro margen de ganancia.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Especulación en Bolsa: Introducción

Por: Jonathan Rosas Valderrama 

Si alguien nos preguntara qué es la especulación, probablemente responderíamos de forma simple diciendo que se trata de comprar determinados activos cuando estos están baratos y venderlos cuando éstos están caros pero; ¿Cómo saber que activos comprar y en qué momento? La respuesta a esta pregunta ya no es tan simple y nos lleva a la necesidad de analizar el mercado en cuestión y basar nuestra decisión en los resultados obtenidos. Para esto debemos emplear un método enmarcado en el campo del análisis económico y financiero para realizar este estudio; lo que trae consigo ya cierto grado de dificultad, pues la economía no es un ciencia exacta como sabemos, sino una ciencia social, con todo lo que ello implica.
Son los analistas financieros los encargados oficiales de predecir el comportamiento del mercado. Para esto emplean diversos métodos pero, en general, suelen utilizar el análisis fundamental y el análisis técnico. Unas veces aciertan y otras no. ¿Qué quiere decir esto? Que simplemente, nadie puede decir con total seguridad qué va a pasar a un determinado plazo en el mercado de valores, pero no cabe duda de que algunos son capaces de aproximarse bastante más que otros. Puede que el arte de seleccionar la inversión más adecuada y el momento más propicio reúna algunos componentes místicos pero, como toda ciencia, también exige un método, y con independencia de la opinión que se tenga acerca de los analista, las técnicas de análisis si que han conocido un importante desarrollo y no deben ser ignoradas por un inversor sensato.
Desgraciadamente aun no se ha logrado descubrir una regla a la cual el mercado no encuentre una excepción. No existe, por lo tanto, un método milagroso que aporte beneficios de forma sistemática. Sin embargo debemos aceptar la necesidad de disponer de algún tipo de orientación, siempre que se llegue a ella con profesionalismo y seriedad, lo cual implica también, algo de imaginación y sentido común.
Una vez asimilado el riesgo de invertir y la cruda realidad de que habrá operaciones que generen pérdidas, resulta evidente la importancia de modificar rápidamente nuestras posiciones en el caso de que las cosas sucedan al contrario de lo que habíamos previsto y existan realmente razones para pensar que estábamos equivocados. La capacidad mental de ser flexible a la hora de pensar es un requisito indispensable para tener éxito invirtiendo en el mercado de valores.
No podemos pronosticar la evolución de la Bolsa sin conocer como los bolsistas formas sus actitudes y que los mueve a cambiarlas. El comportamiento humano es, en definitiva, el que aporta consistencia ala mayoría de herramientas del análisis técnico y, desgraciadamente es algo a lo que apenas se refieren algunos tratados que tradicionalmente se limitan a describir una serie de figuras, gráficos y osciladores indicando un grupo de procedimientos que supuestamente nunca fallan, sin profundizar en la base psicológica que los sustenta y que define como utilizarlos en cada momento en forma dinámica, adaptándose al mercado en lugar de pretender que el mercado se adapte a nosotros. En consecuencia, cada formación chartista tiene una justificación, y si no se conoce, las probabilidades de equivocarnos y ver algo donde no está pasando nada, son realmente elevadas.
¿Por qué es importante el factor humano? La respuesta se encuentra en el propio mercado, que debe entenderse como una gran manifestación de la interrelación social, sometida a regulación y control por parte de las autoridades pero, a fin de cuentas, no deja de ser un reflejo de la psicología humana. La misma cotización de un determinado valor no es otra cosa que la representación se un consenso, en la medida que define el importe al que un inversor desea comprar y otro aceptaría vender, y depende, aparte de las presiones materiales, de las expectativas que los inversores tienen respecto al futuro.
Finalmente, es necesario tocar el tema de los programas de software especialmente diseñados para analizar los mercados de valores. Hay que ser prudentes y conscientes de sus limitaciones. Si bien es cierto que estos programas permiten observar que ha sucedido con un determinado valor en el pasado y definir claramente la evolución histórica del mismo, no debe olvidarse que esto es solo una parte del análisis, una herramienta más, y no debemos dejar la decisión de inversión en sus manos. No debemos caer en el error de utilizar de forma indiscriminada las reglas técnicas sin mirar que hay detrás de ellas.

Los grandes inversores no son grandes por el programa informático que utilizan, sino porque son capaces de entender el mercado, captando todo lo esencial como lo haría un radar, seleccionando cuidadosamente sus inversiones y, por último, controlando sus nervios.
Con todo lo expuesto, se pretende dar una breve introducción al mundo de la especulación en el mercado de valores, utilizando las diversas herramientas disponibles y sobre todo, el buen juicio, algo de sentido común e imaginación.

“En toda operación, siempre hay un incauto. Si no sabe quién es, tal vez es porque sea usted” – Warren Buffet

martes, 18 de septiembre de 2012

¿Cuántos economistas se necesitan para cambiar un foco?

Por: Percy Jonathan Rosas Valderrama

La profesión de “economista” se ha venido escuchando cada vez más en los últimos años, sobre todo por las consecuencias de una crisis financiera originada en Estados Unidos, que ahora se ha trasladado al sector real de muchas economías del mundo, llegando a afectarlas en sus niveles de producción, empleo y que condujo, de una forma irónica y algo cruel, a un endeudamiento cada vez mayor de los gobiernos en su intento por frenarla y darle un impulso a la economía. Bueno, sin ánimos de mencionar a Europa, todo esto es ya historia conocida.

Esta crisis internacional ha reflejado también una crisis en la teoría económica, y se ha otorgado a los economistas cierta culpabilidad, ya sea por acción u omisión, tanto en la formación de la crisis como en la previsión y/o predicción de ésta, y tal parece como si el mundo, sobre todo la prensa y algunos políticos han puesto sobre nuestras espaldas la responsabilidad de darle solución.

Cabe resaltar que sí hubo economistas que predijeron la crisis, pero estas pocas predicciones se perdieron entre un mar de tantas otras que auguraban un periodo de auge económico. Y entonces, surge la pregunta: ¿Por qué los economistas se contradicen tanto, unos a otros, con respecto a la situación futura de la economía? Parece ser la pregunta del millón y suele ser motivo de crítica a la profesión.

Sin embargo, esto no es nuevo, el escritor irlandés, George Bernard Shaw, escribió hace más de un siglo: “si todos los economistas se pusieran uno al lado de otro, no llegarían a una conclusión”, por su parte, Winston Churchill, no se quedó atrás y expresó una inmortal y cómica frase: “Si usted coloca a dos economistas en una habitación, usted obtiene dos opiniones—a menos que uno de ellos sea Lord Keynes, en cuyo caso obtiene tres”. Se dice que la economía es el único campo en el que dos personas pueden obtener un Premio Nobel por decir uno exactamente lo contrario del otro.

Lo cierto es que existen muchas razones por las cuales los economistas pueden diferir sobre un aspecto en específico. Es importante recordar que la economía es una ciencia social, que estudia el comportamiento de los seres humanos con respecto a sus decisiones económicas, por lo tanto no es una ciencia exacta como las matemáticas.
Al enfrentarse ante un mundo extremadamente complejo, como es el de predecir el comportamiento humano, los economistas han de basarse en modelos. Un modelo no es más que una simplificación de la realidad; consiste en seleccionar unas variables que se consideren determinantes y despreciar una multitud de otras que se consideren poco relevantes. En base a estas variables se construye el modelo y, si se ha acertado en su elección, el modelo nos permitirá predecir el comportamiento humano en relación a una actividad económica específica.

Hasta ahora, todo se ve muy fácil, muy simple, pero el modelo incluye un componente estocástico que recoge todos los errores o variables no especificadas en él. Y hay veces, haaay veces en las que este componente suele ser el que explique en gran medida el fenómeno económico. Esto hace que en muchos casos las teorías y pronósticos económicos tengan fallos.
Para terminar y responder la pregunta que se planteó al inicio. ¿Cuántos economistas se necesitan para cambiar un foco?

Bueno, la respuesta es… depende.

Si hay dos y son de la escuela de Chicago, indudablemente seguirán ambos a oscuras (esperando que sea el mercado el que lo arregle). Si esa pareja fuera partidaria de Adam Smith, ambos verán una mano invisible pasar y no es seguro que la mano invisible se encargue de cambiar el foco, pero al menos cada uno confesará al otro haber visto una mano invisible. Si la pareja de economistas fuera partidaria de corregir el mercado, requerirán que un tercero cambie la bombilla, preferiblemente alguien no economista. Si fueran ambos decididamente keynesianos podría ser que lograran cambiar el foco tras construir varias fábricas de bombillas en los alrededores o más allá. Y si los dos economistas fueran de diferente tendencia, mejor que no se les queme el foco; ni pensarlo.

¡Bienvenidos!

Este blog fue creado con la intención de mostrar y explicar algunos puntos sobre las finanzas que nos cuentan y no nos cuentan los libros de texto.
 
Aquí encontrarán posts con temas variados, tratados desde un enfoque práctico (sin obviar ni menospreciar la teoría) y redactados de una forma divertida (por lo menos lo intentaré).
 
Espero con esto, contribuir de cierta forma al conocimiento del lector interesado en temas relacionados a las finanzas. Como todo buen académico, doy pie a la discusión por parte de los lectores, siempre y cuando ésta sea planteada de una forma respetuosa y alturada. Comentarios, críticas y recomendaciones son bien recibidas.

Atte.,
Jonathan Rosas
 
 "Un hombre con conocimientos es un hombre con recursos; cuanto más conocimientos, más recursos."